querer
Nadar por las
arenas,
como si fueran
montañas de miel
Que tus manos me
arranquen de este yo terrestre
que mis bordes se
pierdan,
eso quisiera
Hasta ser polvo
soplado
por la tormenta del
fin del mundo
Con todo el peso de
la sordidez
entregarme a tu boca
a esa grieta que
traga
que aliviana las
sombras y las conciencias,
A esa lengua sin
nombre
que cobra el peaje
del paraíso
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