una cama segura
I.
Por
un camino de pavimento
Vienen
corriendo tus ojos.
Mil pájaros vuelan en busca de una Flor
La Flor, que como un búfalo mana
De tu vientre acobardado.
Sordo queda el alquitrán de tanta primavera
II.
Empezar un café en la noche,
Vapor de la memoria, cura de los olvidos
Desde las sábanas, desde las piernas que se abrazan
Una
cama segura,
Para
no despertar en estas mañanas
sino
en otras.
Era
como si muriéramos en el mismo barco
Era
la misma tormenta
Una
boya flotando en el gris del río.
Triste vive la aventura, cuando es desposeída
Un
despertar unánime
Sacude
a los viajeros, víctimas del naufragio
Como a los versos que vuelan
Más
allá de los rayos que incendian el horizonte
Hasta
anclar en otro rellano desierto
Donde todas las
horas transitan
por el carril del letargo
III.
En
el monte salvaje de los aullidos
Los zumbidos de las impalpables presencias
Me esperan
Con sus ramas abiertas
Con sus
palmeras de pie
Sombras ausentes,
cañas de azúcar
Sombras ausentes,
cañas de azúcar
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